
El exjugador de la NFL Antonio Brown es buscado por la policía de Miami bajo el cargo de intento de asesinato en segundo grado, según consta en una orden de arresto firmada por un juez y difundida por la Fiscalía del Estado de Miami-Dade. El hecho que originó la imputación ocurrió el pasado 16 de mayo en el barrio de Little Haiti, durante un evento de boxeo amateur.
De acuerdo con la orden judicial, Brown, de 36 años, habría disparado contra un hombre durante una pelea fuera del recinto donde se desarrollaba el evento deportivo. La policía confirmó el viernes que el exreceptor abierto de los Tampa Bay Buccaneers no se ha entregado hasta el momento, y continúa prófugo.
El incidente, registrado parcialmente en videos que circularon en redes sociales, muestra una pelea en la que se oyen disparos. Según la narrativa oficial, varios testigos señalaron a Brown como el autor de los disparos, aunque en el momento de ser detenido brevemente no se le encontró ningún arma.
La orden de arresto indica que oficiales de la Patrulla de Carreteras de Florida, que se encontraban trabajando como seguridad privada para el evento, fueron alertados por varias personas sobre la presencia de disparos afuera del lugar. Cuando llegaron al sitio, según el documento, encontraron a Brown involucrado en una trifulca.
Aunque inicialmente fue sometido a una revisión de rutina y liberado tras declarar su versión, las autoridades revisaron al día siguiente las grabaciones de seguridad del sitio, lo que modificó por completo el rumbo de la investigación. Según las imágenes, Brown golpeó a un hombre, lo que provocó que otras tres personas se sumaran a la pelea. Después, según el parte judicial, Brown habría tomado el arma de un oficial de seguridad y se habría dirigido directamente hacia el hombre al que había golpeado previamente.
“Durante la investigación se recuperaron dos casquillos percutidos y una funda de pistola vacía en el lugar”, detalla la orden judicial citada por NBC News. En los videos grabados con teléfono móvil se escucha claramente cómo se realizan dos disparos mientras el hombre atacado intenta esquivar las balas agachándose.

La víctima del ataque declaró en entrevista con las autoridades que conocía a Antonio Brown desde el año 2022 y no tuvo dudas al identificarlo como el responsable del disparo que le rozó el cuello. El hombre fue atendido en un hospital esa misma noche y presentó lesiones visibles, según los registros de la investigación citados por la fiscalía.
Este testimonio fue clave para sustentar la acusación formal por intento de asesinato en segundo grado. El cargo viene acompañado de una fianza establecida en 10,000 dólares, aunque la policía indicó que hasta ahora no se ha podido concretar la detención del exjugador.
El Departamento de Policía de Miami indicó que continúa trabajando en la localización de Brown y que se mantiene abierta la búsqueda. Hasta el momento, el acusado no ha respondido a las solicitudes de comentario enviadas por NBC News, medio que tuvo acceso directo a la orden judicial.
Horas después del incidente, Antonio Brown publicó un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) en el que asegura que fue víctima de un ataque. “Fui emboscado por varias personas que intentaron robar mis joyas y hacerme daño físico. Contrario a algunos videos que circulan, la policía solo me detuvo de forma temporal para escuchar mi versión y luego me liberó”, escribió el exreceptor.
Sin embargo, los elementos recabados por los investigadores —incluidas las imágenes de vigilancia, los testimonios presenciales y las pruebas físicas recuperadas en el lugar— contradicen esa versión. La policía sostiene que Brown fue el primero en agredir físicamente y luego en armarse para disparar contra el hombre con quien había comenzado la pelea.
Brown no ha hecho más declaraciones públicas desde aquella publicación, y no se ha presentado ante ninguna autoridad judicial o policial.

La trayectoria de Antonio Brown dentro del fútbol americano profesional ha estado acompañada de numerosas controversias legales y disciplinarias. Tras destacar durante nueve temporadas con los Pittsburgh Steelers, su paso por los New England Patriots se vio interrumpido en 2019 cuando fue acusado de agresión sexual por una exentrenadora, en un caso que se resolvió judicialmente en 2021.
Más tarde, con los Tampa Bay Buccaneers, fue suspendido durante tres partidos por falsificar su estatus de vacunación contra la COVID-19. También enfrentó cargos en 2020 por atacar a un conductor de camión en Hollywood, Florida, hecho por el cual recibió libertad condicional.
En 2021, su carrera terminó de forma abrupta y mediática cuando abandonó el campo de juego durante un partido contra los New York Jets en el MetLife Stadium. Se quitó el uniforme en plena cancha y se marchó sin permiso del equipo.
Desde entonces, ha estado alejado del deporte profesional, aunque ha permanecido en el foco de atención por diversos escándalos y conflictos legales. El actual cargo por intento de asesinato representa el episodio más grave en la cadena de incidentes que han marcado su vida posterior a la NFL.