En una sorprendente revelación que arroja nueva luz sobre una de las rivalidades más encarnizadas en la historia del deporte. Alex Rodríguez ha confesado que incluso el poderoso equipo de los New York Yankees, liderado por Derek Jeter, sentía una palpable intimidación frente a la figura de David Ortiz, el legendario bateador de los Boston Red Sox.
La época a la que Rodríguez se refiere, entre 2003 y 2006, fue un capítulo dorado para la MLB. Caracterizado por el dominio absoluto y la constante colisión entre los Yankees y los Red Sox. Estas dos franquicias de la División Este de la Liga Americana no solo se disputaban la supremacía en su división, sino que protagonizaron épicas series de postemporada, enfrentándose en un total de 94 ocasiones durante ese período.
Era un tiempo donde la tensión y las expectativas eran máximas, y cada encuentro era una batalla campal cargada de drama y significancia. Tanto Rodríguez como Ortiz eran figuras centrales de sus respectivas ofensivas, definiendo el carácter de sus equipos.
A pesar de que los Yankees contaban con una constelación de estrellas y una reputación de invencibilidad, la presencia de “Big Papi” en la caja de bateo generaba una ansiedad inusual. “Todo el equipo temblaba cuando le tocaba batear a Ortiz,” admitió Rodríguez en una entrevista reciente para el podcast Emprendedores.

Subrayando el impacto psicológico del dominicano. El exjugador de los Yankees no escatimó en elogios para su antiguo némesis, describiéndolo como “el mejor bateador decisivo en la historia de la MLB,” una designación que habla de la asombrosa capacidad de Ortiz para producir en los momentos de mayor presión.
Antes de la llegada de Ortiz a Boston en 2003, los Red Sox solían sucumbir ante los Yankees en los playoffs. Sin embargo, su irrupción cambió la dinámica de la rivalidad por completo. Con “Big Papi” en sus filas, los Red Sox no solo rompieron la “Maldición del Bambino”, sino que lograron un equilibrio notable de 7 victorias y 7 derrotas contra los Yankees en juegos de postemporada, demostrando su capacidad para responder en los momentos cruciales.
La confesión de Alex Rodríguez no solo revitaliza los recuerdos de una era inolvidable para los aficionados al béisbol. Sino que también sirve como un contrapunto a la actualidad de los Red Sox, quienes, según el propio Rodríguez, carecen hoy de un líder ofensivo de la talla y la presión de David Ortiz.
En contraste, los Yankees han encontrado en figuras como Aaron Judge y Jazz Chisholm a los dignos sucesores de la influencia que ejercieron en su momento Derek Jeter y el propio Alex Rodríguez.
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