
Las autoridades sanitarias de Estados Unidos emitieron una alerta pública tras detectar la posible presencia de la bacteria Escherichia coli (E. coli) en carne molida orgánica distribuida a nivel nacional. Se trata de paquetes de una libra del producto “Organic Rancher Organic Ground Beef 85% Lean 15% Fat”, envasados al vacío, que fueron comercializados principalmente en sucursales de Whole Foods Market, aunque también llegaron a distribuidores localizados en Connecticut, Georgia, Illinois y Maryland.
La advertencia fue publicada el miércoles por el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria (FSIS), organismo perteneciente al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Aunque no se han registrado hasta el momento casos confirmados de personas enfermas, la agencia enfatizó que el riesgo sanitario persiste, dado que algunos consumidores podrían tener aún el producto en sus congeladores.
Los paquetes de carne sospechosa fueron producidos los días 22 y 23 de mayo de 2025, y llevan impresas las leyendas “Use or Freeze By 06-19-25” y “Use or Freeze By 06-20-25”. Además, pueden ser identificados por el número EST. 4027 impreso dentro del sello de inspección del USDA. Según el comunicado oficial, ya no se encuentran disponibles para la venta, pero los consumidores deben estar atentos y no consumirlos si los tienen en su hogar. “Estos productos deben ser desechados o devueltos al lugar de compra”, indicó el comunicado del FSIS, citado por CBS News.

El motivo de la alerta es la posible contaminación con la bacteria E. coli, un patógeno que puede causar complicaciones severas en la salud humana. Aunque muchas cepas de esta bacteria son inofensivas, algunas variantes producen toxinas que afectan principalmente al aparato digestivo. Los síntomas más comunes incluyen diarrea con sangre, deshidratación severa y calambres abdominales intensos.
“La mayoría de las personas se recuperan en una semana”, indicó el boletín sanitario del USDA. Sin embargo, el texto advierte que ciertos pacientes, especialmente niños menores de cinco años y adultos mayores, pueden desarrollar un tipo de insuficiencia renal conocida como síndrome urémico hemolítico (HUS, por sus siglas en inglés).
Este trastorno puede provocar hematomas inusuales, palidez extrema y disminución en la producción de orina, síntomas que requieren atención médica inmediata. “Las personas que experimenten estos signos deben acudir de urgencia a un centro de salud”, reiteró el comunicado del FSIS citado por CBS News.

Las autoridades federales han sido claras: no se debe consumir bajo ninguna circunstancia el producto descrito en la alerta. El FSIS señaló que aunque la carne no está actualmente en las estanterías, es posible que todavía se encuentre almacenada en hogares. Por ello, solicitó a los consumidores que verifiquen los paquetes que tengan en sus refrigeradores o congeladores.
Las instrucciones son sencillas pero firmes: tirar la carne a la basura o regresarla al comercio donde fue adquirida. No se aconseja intentar cocinarla para eliminar la posible bacteria, ya que no hay garantía de que las altas temperaturas caseras logren inactivar completamente el patógeno si estuviera presente.

El producto en cuestión pertenece a la marca Organic Rancher, especializada en alimentos orgánicos. Se vendió en empaques al vacío de una libra, con una mezcla de 85% carne magra y 15% grasa, una proporción común en la industria cárnica estadounidense. Su producción tuvo lugar en dos fechas específicas: 22 y 23 de mayo, lo que permitió delimitar con precisión los lotes potencialmente afectados.
Según el FSIS, el producto fue distribuido de forma masiva en sucursales de Whole Foods Market en todo el país. Además, llegó a centros de distribución localizados en cuatro estados específicos: Connecticut, Georgia, Illinois y Maryland, aunque no se descarta que haya sido redistribuido a otros puntos a partir de esos centros.
El sello de inspección “EST. 4027” que aparece en el etiquetado permite a los consumidores y a los servicios de inspección identificar con exactitud los paquetes involucrados.

Aunque en esta ocasión no se ha registrado ningún caso confirmado de enfermedad asociado con este producto, el FSIS decidió emitir la alerta por precaución y en cumplimiento de su protocolo de protección al consumidor. La agencia ha enfrentado en el pasado brotes de E. coli ligados a productos cárnicos, por lo que no subestima ninguna posibilidad de contaminación.
La experiencia de años anteriores ha demostrado que los brotes de origen alimentario pueden tener consecuencias graves si no se detectan a tiempo. Por ello, el enfoque proactivo del USDA en este caso ha sido el de alertar antes de que se produzcan casos clínicos.
La agencia reiteró que continuará monitoreando la situación y actualizará la alerta si se reciben reportes de personas afectadas. Mientras tanto, aconseja a todos los consumidores que verifiquen sus refrigeradores, y ante cualquier duda, contacten con el punto de venta o con el propio FSIS a través de sus canales oficiales.