Si te gusta usar remedios naturales para hacer la limpieza del hogar, te compartimos un ejemplo que quizás nunca te habían contado. Y no, no se trata del vinagre blanco con limón (que es muy bueno), sino de agua oxigenada con bicarbonato de sodio.
La unión de ambos elementos te brinda una pasta con alto poder de limpieza, alejándote de los químicos industriales.
El bicarbonato funciona como un abrasivo suave, capaz de retirar suciedad incrustada sin dañar las superficies. Por su parte, el agua oxigenada ofrece propiedades blanqueadoras y antimicrobianas.
La mezcla casera también neutraliza olores y elimina bacterias en zonas como baños, cocinas, textiles y utensilios. Es prácticamente un un ‘todo en uno’” que puede sorprenderte por su eficacia.
Cómo preparar y utilizar la mezcla de agua oxigenada y bicarbonato
Para elaborarla en pocos minutos, basta con mezclar tres partes de bicarbonato de sodio con una parte de agua oxigenada de 10 volúmenes.
El objetivo es lograr una textura cremosa, similar a la de la pasta de dientes. Aunque puede almacenarse en un recipiente cerrado durante algunos días, se recomienda preparar pequeñas cantidades para conservar al máximo su potencia.
Una vez lista, la pasta puede usarse de varias formas:
- Juntas y azulejos: Aplicar con un cepillo de dientes viejo, frotar suavemente y enjuagar
- Tablas de picar y recipientes: Ayuda a eliminar manchas, olores y bacterias
- Utensilios de cocina: Cubrir con la pasta, dejar actuar cinco minutos y enjuagar
- Cepillos de dientes: Sumergir durante 10 minutos en una mezcla diluida para desinfectar
Su efecto desodorizante y poder para blanquear la convierte en un recurso económico para el hogar. Y si la mezcla te queda muy fuerte, puedes diluirla con un poco de agua natural.
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