
El crecimiento del uso de vapeadores entre jóvenes se ha dado de una manera acelerada. Si bien para muchos esta práctica se presenta como una tendencia inofensiva, la evidencia científica reciente contradice fuertemente esa percepción y pone de manifiesto consecuencias severas e irreversibles para la salud. La investigación médica comienza a responder con datos claros sobre el costo real del vapeo en las nuevas generaciones.
Numerosos estudios internacionales advierten sobre el elevado riesgo al que se exponen los menores que adoptan el vapeo. Según expertos durante el ‘Coloquio de cigarrillos electrónicos: investigaciones y experiencias para la normatividad’, realizado por la Universidad de los Andes junto con la Fundación Santa Fe de Bogotá, los vapeadores resultan particularmente dañinos para niños y adolescentes, el segmento de población que más rápidamente ha incorporado estos dispositivos a su vida diaria.

Aunque muchos jóvenes consideran que el vapeo consiste en inhalar un simple vapor aromatizado y perciben la práctica como menos dañina que el cigarrillo convencional, los análisis muestran una realidad opuesta.
La mayoría de estos productos contiene nicotina, una de las sustancias con mayor capacidad adictiva, junto con una combinación de compuestos tóxicos que incluyen metales pesados, carbonilos y furanos. En palabras del doctor Gustavo Perdomo, de la Fundación Santa Fe de Bogotá, el vapeo expone a los usuarios a riesgos comparables o superiores a los del tabaco tradicional.
El atractivo de los vapeadores reside en factores como la variedad de sabores, la supuesta menor toxicidad y la posibilidad de consumirlos en espacios cerrados. Sin embargo, estas ventajas aparentes no contrarrestan los daños confirmados sobre la salud.

Por ejemplo, la inhalación de metales como níquel, estaño y plomo, presentes en los líquidos para vapeo, produce lesiones en las vías respiratorias, los alveolos y el intersticio pulmonar: zonas vitales donde ocurre el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono durante la respiración.
La literatura científica muestra un aumento significativo de estudios sobre el tema desde 2020. Los trabajos clasificados en la National Library Medicine de Estados Unidos señalan un panorama preocupante: ya se han documentado más de 390 estudios que explican en detalle el daño pulmonar que provoca el uso de vapeadores.
Los niños y adolescentes representan el grupo más vulnerable, ya que el proceso de maduración y desarrollo pulmonar continúa hasta los 21 años. Iniciar el consumo de vapeadores durante la adolescencia puede desencadenar la pérdida prematura de la función pulmonar en la adultez.
Las sustancias reactivas presentes en los líquidos de los cigarrillos electrónicos también pueden causar lesiones estructurales a las células y tejidos, no solo en quienes los consumen directamente, también en los llamados fumadores pasivos. De esta forma, los riesgos se extienden a toda la comunidad escolar y familiar.

El impacto mental también debe ser considerado. Un estudio citado por la doctora Sonia María Restrepo vincula el consumo de vapeadores con un aumento en las probabilidades de intentos de suicidio entre adolescentes, especialmente en quienes no duermen lo suficiente.
El artículo ‘Vaping and Sleep as Predictors of Adolescent Suicidality’ revela que quienes combinan el vapeo con malos hábitos de sueño presentan el triple de posibilidades de atentar contra su vida, lo que subraya la gravedad de una práctica muchas veces subestimada.
Si bien la tendencia global apunta a regular y restringir el acceso a los cigarrillos electrónicos, los investigadores insisten en la necesidad de reforzar la información y prevención.
El compromiso de instituciones educativas y expertos en salud resulta crucial para contrarrestar la popularidad del vapeo entre los jóvenes y reducir un problema que amenaza con convertirse en una crisis de salud pública de largo alcance. La evidencia de los daños, cada vez más sólida y detallada, desafía el mito de la inocuidad de los dispositivos electrónicos y exige respuestas informadas y contundentes.