Adiós ‘Mamma Erasmus’: fallece la profesora que ‘inventó’ los viajes de estudios al extranjero

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El proyecto arrancó en 1987El proyecto arrancó en 1987 y ha permitido a millones de jóvenes estudiar en universidades de otros países europeos. (Composición fotográfica)

La profesora italiana, Sofia Corradi, más conocida como la ‘Mamma Erasmus’, falleció ayer, 18 de octubre, en Roma, a los 91 años. La pedagoga, que también es autora de varios libros, es más conocida por ser la fundadora del programa de intercambio estudiantil Erasmus +.

Su familia, que confirmó la noticia, la recordó como una mujer “de gran energía y generosidad intelectual y afectiva”, según una nota difundida por medios italianos.

Pedagoga de formación y firme defensora del derecho a la educación, Sofia Corradi fue la impulsora del programa Erasmus. Se trata de una de las iniciativas más exitosas de la Unión Europea, que desde 1987 ha permitido a millones de jóvenes estudiar en universidades de otros países europeos. Solo en España, se estima que 154.000 estudiantes y personal educativo en España se beneficiarán del programa Erasmus+ 2025, según Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación y Universidades.

Nacida en Roma en 1934, Sofia vivió de niña los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Es una experiencia que marcó profundamente su vocación pacifista: “No quiero que la guerra vuelva a afectarnos”, dijo en una entrevista con EFE en 2020, recordando su infancia durante el conflicto.

Licenciada en Derecho con honores por la Universidad La Sapienza de Roma, la profesora fue becaria Fulbright y cursó un máster en Derecho Comparado en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Además, investigó sobre el derecho a la educación como derecho humano fundamental en organismos internacionales como la ONU, la Academia de Derecho Internacional de La Haya y la London School of Economics.

En 2016, fue ganadora del Premio Europeo Carlos V de la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, en España.

Para Sofia Corradi, el programa Erasmus “no fue tanto una herramienta para encontrar trabajo, sino una historia de amor”. La profesora de Educación de la Universidad Roma Tre luchó durante 18 años para hacer realidad el programa europeo de intercambio de estudiantes universitarios, que fue lanzado en 1987.

Ayer, cuando su familia anunció su fallecimiento a los 91 años, Corradi recibió el apodo que se había ganado por su dedicación: Mamá Erasmus. “Lo hice con espíritu maternal, como toda madre que intenta mejorar el futuro de sus hijos”, explica Sofia en el libro Erasmus y Erasmus Plus: Movilidad Internacional para Estudiantes Universitarios, disponible gratuitamente en su página web.

“Tenía una personalidad explosiva, un entusiasmo desbordante. Creía en la educación y en los jóvenes”, recuerda Massimiliano Fiorucci , rector de la Universidad Roma Tre. Hablando de amor, fue su enamoramiento por un chico estadounidense lo que la impulsó a irse a Nueva York. Su padre, ingeniero ferroviario y viajero por naturaleza, accedió siempre que la acompañara su hermana.

Estudió en Columbia durante un año y regresó con una maestría en Derecho Comparado. Cuando solicitó su reconocimiento en la Universidad La Sapienza, se sintió ridiculizada, como si acabara de regresar de un viaje de placer. La ira por ese rechazo fue el origen del proyecto Erasmus.

Declaración ante la prensa de la ministra de Sanidad, Mónica García, tras el Consejo de Ministros este martes 14 de mayo en Madrid (Gobierno de España)

Aun así, requeriría mucho esfuerzo. “El factor que caracterizó al sistema universitario italiano en la década de 1960 es la inercia″, escribe Corradi en el libro. “Las dificultades legales, regulatorias y administrativas son casi insuperables”.

Mientras tanto, se convirtió en profesora y, a partir de 1967, comenzó a distribuir cientos de copias de su proyecto a rectores y ministros: “Un estudiante, incluso si no proviene de una familia residente en el extranjero, puede solicitar completar parte de su plan de estudios en universidades extranjeras, presentándolo para su aprobación al Consejo de Facultad. El Consejo de Facultad puede declarar la equivalencia, que se hará efectiva una vez que el estudiante haya presentado la documentación de los estudios realizados en el extranjero y los exámenes aprobados allí”.

El proyecto piloto fue aprobado por Bruselas en 1976 y se convirtió en permanente 11 años después. Los primeros estudiantes partieron con una beca de 2 millones de liras, válida durante un año. “A su regreso”, explicó, “el estudiante de ingeniería que participa en Erasmus no se convierte tanto en un mejor ingeniero, sino en una mejor persona”.

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