Adak Island: el lugar más remoto de los Estados Unidos que cumple con un rol único

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 Associated Pressfuente: Associated Press

Sobre una extensión inhóspita en el extremo más occidental de Estados Unidos, la isla de Adak emerge como escenario singular y poco conocido. Situada en medio de la cadena de islas Aleutianas, y rodeada por el Mar de Bering al norte y el océano Pacífico Norte al sur, este lugar está más próximo a Rusia que al propio territorio estadounidense continental.

Su ubicación, a 1,200 millas de Anchorage y aún más al oeste que Hawái, la dejó fuera del radar de la mayoría de los ciudadanos, pero le muchos no saben es que este enclave posee un peso estratégico y político particular desde hace décadas.

Adak, situada en las islasAdak, situada en las islas Aleutianas, es más cercana a Rusia que al territorio continental de Estados Unidos (foto: Captura de pantalla de Google Maps)

El desarrollo de Adak estuvo vinculado de manera directa con acontecimientos clave durante la Segunda Guerra Mundial. Tras la toma de islas más occidentales de las Aleutianas por fuerzas japonesas, la presencia estadounidense en la región se fortaleció: tropas desembarcaron en agosto de 1942 para erigir una base del Ejército, mientras la Marina comenzó sus propios trabajos en enero del año siguiente.

En octubre de 1942, la isla fue blanco de nueve bombas lanzadas por aviones enemigos, que impactaron áreas no desarrolladas e impactaron el terreno con fuego de ametralladoras. Para mayo de 1943, cerca de 27,000 soldados estadounidenses se reunieron en Adak como punto de partida para recuperar la isla Attu de manos japonesas.

La economía de Adak dependeLa economía de Adak depende de la planta procesadora de pescado, afectada por cierres y reaperturas intermitentes (foto: Associated Press)

Adak adquirió una dinámica militar que la marcó por generaciones. Entre las personalidades destacadas que pasaron por la isla figuran los escritores Dashiell Hammett y Gore Vidal, además de la visita del presidente Franklin Roosevelt, el boxeador Joe Lewis y figuras del cine, de acuerdo con la Adak Historical Society.

El perfil de enclave estratégico y aislado fue reforzado por los experimentos de los residentes, como el peculiar intento del ejército, entre 1943 y 1945, de cultivar un bosque: una iniciativa que culminó en un pequeño conjunto de solo 33 árboles. Años más tarde, un letrero colocado por habitantes locales resumía el esfuerzo con ironía: “Está entrando y saliendo ahora mismo del Bosque Nacional de Adak”.

Tras el cese de hostilidades, el destino de la isla siguió ligado a intereses militares. Inicialmente, bajo el control de la Fuerza Aérea y después la Marina desde 1950, casi 80,000 acres se destinaron a operaciones navales, mientras que el resto fue incorporado al sistema de refugios de vida silvestre nacional marítimos.

El cierre de la baseEl cierre de la base naval en 1997 provocó una drástica caída en la población y servicios de Adak (foto: Associated Press)

Durante la época de mayor actividad de la base, la población de la isla oscilaba alrededor de los 6,000 residentes, alimentada por el flujo constante de personal militar y sus familias. Sin embargo, tras el cierre definitivo de la base naval en 1997 y la redistribución de los terrenos —con la Marina, conservando 5,600 acres y el resto en manos de la Aleut Corp., el municipio o el refugio nacional marítimo— la comunidad sufrió una merma significativa.

Los datos del censo de 2020 cifraron la población en tan solo 171 habitantes. No obstante, según el administrador municipal Layton Lockett, la cifra ha continuado descendiendo, situándose probablemente por debajo de los 50 residentes permanentes en la actualidad. Este descenso progresivo tiene efectos tangibles, como la reciente clausura de la escuela local.

De acuerdo al superintendente del Distrito Escolar de la Región de las Aleutianas, Mike Hanley, el centro educativo inició el año 2023 con seis alumnos, número insuficiente para cumplir el requisito estatal mínimo de diez estudiantes para mantener las puertas abiertas. Para noviembre quedaba matriculado un solo estudiante, y este también abandonó la isla posteriormente.

A la par de la pérdida de población, la economía local ha enfrentado desafíos severos. El cierre y las intermitentes reaperturas de la planta procesadora de pescado —el principal sostén económico del municipio desde la retirada del ejército— han impedido la consolidación de un nuevo ciclo de crecimiento. El futuro de Adak está, por tanto, tenuemente entrelazado con la capacidad de reinventar su base productiva y atraer o retener suficientes residentes para sustentar servicios fundamentales.

La isla de Adak, enLa isla de Adak, en Alaska, enfrenta una crisis demográfica tras el cierre de su escuela y la partida de sus jóvenes (foto: Wikipedia)

En una comunidad de tamaño tan reducido, las inclinaciones y preferencias políticas no pasan desapercibidas. Los residentes de Adak, según el administrador Lockett, tienden a conocer con precisión la postura de sus vecinos respecto a los principales temas políticos. No obstante, el debate local parece gravitar en torno a una cuestión recurrente y transversal más que a diferencias ideológicas marcadas.

La pregunta clave que subyace en la conversación pública local es si las autoridades en funciones —independientemente de su filiación partidista— buscarán incentivar el retorno de la presencia militar a la isla. Este tema se percibe menos como una aspiración nostálgica y más como una posible vía para revitalizar la economía y revertir el descenso demográfico.

El último voto presencial deEl último voto presencial de Estados Unidos se emite en Adak, un enclave remoto con menos de 50 habitantes (foto: REUTERS/Emily Elconin)

A pesar de las dificultades que enfrenta, Adak mantiene un rol único en el proceso electoral estadounidense. La isla se convirtió, desde 2012, en el lugar donde se emite el último voto presencial del país, luego de que se eliminara el sistema exclusivo de voto por ausencia en favor de las urnas en persona. Con el desfase horario, cuando los colegios electorales cierran en Adak a las ocho de la noche, en la costa este continental ya ha pasado la una de la madrugada y el resultado nacional está prácticamente decidido.

No obstante, los habitantes de Adak aprovechan el hecho como motivo de distensión y afirmación identitaria. La ciudad mantiene abierta la incógnita respectiva a quién será el último votante en cada elección, a veces convertido en una suerte de competencia amistosa.

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