Acusan a curandero de abusar de menor de 13 años durante una sesión de ‘limpia’ en Trujillo

La policía de Trujillo, región ubicada al norte de Perú, detuvo a Jorge Vargas Ulloa, un hombre que se presentaba como curandero, tras ser señalado por la familia de una menor de 13 años por abuso sexual en el marco de un ritual de “limpia” en el distrito de La Esperanza. El hecho provocó la reacción inmediata de los vecinos y familiares, quienes llegaron hasta el domicilio del acusado para exigir justicia y enfrentar al presunto agresor.

El incidente comenzó cuando la familia de la víctima permitió que el supuesto chamán ingresara a su vivienda bajo el argumento de que iba a realizar una limpieza espiritual al padre de la menor. De acuerdo con el testimonio del coronel Jorge Porras, jefe de la División de Orden Público y Seguridad, Vargas Ulloa se ganó la confianza del entorno familiar al afirmar que poseía habilidades de lectura de cartas y otros “dones”.

Acusan a curandero de abusar de menor de 13 años durante una sesión de ‘limpia’ - BDP

El coronel Porras detalló que el acusado habría convencido a la familia de que la adolescente era quien realmente necesitaba el procedimiento espiritual. Acto seguido, solicitó quedarse a solas con la menor en otro ambiente de la casa. Al término del supuesto ritual, la menor informó que había sido víctima de abuso sexual, lo que llevó a los familiares a intentar capturar al hombre en el acto. Según el relato de quienes estaban presentes, Vargas Ulloa logró escapar en medio del tumulto y abandonó la vivienda antes de que pudieran detenerlo.

La tensión creció en el vecindario cuando los familiares, apoyados por varios residentes del sector, se dirigieron hasta el inmueble del acusado. En el lugar, se escucharon golpes en la puerta y demandas para que saliera del interior. No fue posible hallarlo allí, por lo que los agentes policiales desplegaron un operativo de búsqueda en diversas zonas de Trujillo.

Acusan a curandero de abusar de menor de 13 años durante una sesión de ‘limpia’ - BDP

Jorge Vargas Ulloa fue localizado horas después en el óvalo Mochica, un punto conocido de la ciudad. La detención se concretó tras un operativo encabezado por personal de la Policía Nacional del Perú (PNP), que lo trasladó inmediatamente a la comisaría local. En estas instalaciones continuaron las diligencias para esclarecer los hechos y recolectar declaraciones, tanto de la víctima como de los familiares presentes durante la agresión.

El jefe policial manifestó ante los medios que la investigación seguirá bajo la supervisión de las autoridades del Ministerio Público, y que existen elementos iniciales suficientes para sustentar la denuncia. Mientras tanto, la comunidad de La Esperanza permanece atenta al desarrollo de las investigaciones, exigiendo que se apliquen sanciones en caso de comprobarse la responsabilidad del detenido.

Casos como el ocurrido en Trujillo reflejan los riesgos graves que puede representar la práctica clandestina del curanderismo, especialmente cuando involucra a niñas, niños y adolescentes. Personas que dicen tener habilidades especiales suelen utilizar este discurso para obtener acceso a hogares y espacios íntimos, aprovechando la confianza y la vulnerabilidad de las familias.

Organizaciones de protección a la infancia han alertado sobre la urgencia de identificar y reportar actividades sospechosas de presuntos “curanderos” que no cuentan con ninguna supervisión profesional o respaldo legal. La explotación de creencias tradicionales puede encubrir delitos graves contra la integridad física y psicológica de personas menores de edad.

Quienes tengan conocimiento de un caso de abuso sexual o sospechen que una persona impulsa prácticas de curanderismo ilegales, pueden acudir a la comisaría más cercana o comunicarse con la Línea 100, un servicio especializado en atención y orientación sobre situaciones de violencia familiar y sexual. El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables también dispone de canales gratuitos para denuncias y asistencia jurídica, enfocados en asegurar la protección inmediata de la víctima y la participación de las autoridades competentes.

La denuncia temprana y la intervención oportuna son claves para prevenir nuevos casos y garantizar la seguridad de los menores en entornos familiares y comunitarios.