
La desintoxicación corporal, lejos de ser una moda pasajera, se convirtió en una necesidad biológica urgente en el mundo actual, según advierte Gary Brecka, investigador y experto en antienvejecimiento y longevidad. En su podcast Ultimate Human, Brecka alerta sobre la creciente exposición a toxinas ambientales y recalca que el proceso de detoxificación es esencial para la salud y el bienestar.
De acuerdo con Gary Brecka, la desintoxicación es un proceso biológico constante mediante el cual el organismo identifica, neutraliza y elimina sustancias dañinas. “Desintoxicarse no es una moda. Es biología”, enfatiza el experto en declaraciones recogidas por el podcast Ultimate Human. Este mecanismo involucra órganos clave como el hígado, los riñones, el intestino, la piel, los pulmones y el sistema linfático, que funcionan como plantas de purificación internas. Brecka subraya que el cuerpo realiza esta tarea cada segundo del día, gestionando residuos metabólicos, y una amplia variedad de contaminantes externos.
El proceso de detoxificación se desarrolla principalmente en el hígado, donde se distinguen dos fases. En la primera, las enzimas hepáticas transforman las toxinas en metabolitos intermedios. En la segunda, estos compuestos se unen a otras moléculas para ser excretados de manera segura. Si la primera fase supera a la segunda, pueden acumularse sustancias altamente reactivas que generan daño celular. Para que ambas etapas funcionen correctamente, el cuerpo requiere nutrientes como glutatión, N-acetilcisteína (NAC), vitaminas del grupo B, magnesio, aminoácidos y antioxidantes. La carencia de estos elementos puede ralentizar el sistema de detoxificación y favorecer la aparición de síntomas.

El entorno actual introdujo decenas de miles de nuevos químicos en el aire, el agua y los alimentos, una carga tóxica que nuestros antepasados nunca enfrentaron. “Estamos bañando nuestra biología celular en esta sopa tóxica”, advierte el especialista en longevidad en el podcast Ultimate Human. Entre los contaminantes más comunes, Brecka menciona los metales pesados como mercurio, plomo y aluminio, presentes en el agua, el aire, empastes dentales y utensilios de cocina; pesticidas y herbicidas como el glifosato en productos agrícolas no orgánicos; plásticos y ftalatos en envases, cosméticos y botellas; y disruptores endocrinos en productos de cuidado personal y limpieza.
El experto también señala la presencia de mohos y micotoxinas en edificios con daños por agua y alimentos contaminados, compuestos orgánicos volátiles (VOC) en pinturas, alfombras y ambientadores, así como la exposición a campos electromagnéticos (EMF) provenientes de dispositivos electrónicos y redes Wi-Fi. Además, el estrés crónico genera residuos metabólicos, como el cortisol, que el cuerpo debe eliminar. Brecka destaca que, cuando el organismo no logra expulsar estas toxinas con suficiente rapidez, estas se almacenan en la grasa, el tejido cerebral y los órganos, lo que puede desencadenar daños a largo plazo.
Gary Brecka sostiene que prácticamente todas las personas necesitan apoyar su proceso de detoxificación, pero existen señales específicas que pueden indicar una sobrecarga tóxica. Entre los síntomas más frecuentes, el experto menciona el cansancio persistente a pesar de dormir bien, la niebla mental, problemas de memoria a corto plazo, afecciones cutáneas como eccema, acné o psoriasis, desequilibrios hormonales (incluyendo ciclos menstruales irregulares o bajo deseo sexual), y trastornos digestivos como hinchazón, estreñimiento, diarrea, calambres e irritabilidad.

Otros indicadores incluyen el aumento de la sensibilidad a ciertos alimentos, ansiedad, irritabilidad, cambios de humor, dolor articular, inflamación o hinchazón en zonas aleatorias del cuerpo. “Si tienes dolor articular o inflamación o incluso hinchazón en zonas aleatorias de tu cuerpo, no son aleatorias. Son señales. Tu cuerpo está agitando la bandera blanca, diciéndote que está abrumado”, afirma Brecka en el podcast Ultimate Human. El especialista recalca que estos síntomas no deben considerarse aleatorios, sino como advertencias de que el cuerpo está sobrepasado por la carga tóxica.
La importancia de la desintoxicación no es un descubrimiento reciente. Brecka recuerda que prácticas como la medicina ayurvédica, la medicina tradicional china y la medicina hipocrática promovieron la eliminación de impurezas durante siglos. Ejemplos de estas técnicas incluyen el “oil pulling” (enjuague bucal con aceites) para combatir patógenos orales, las ceremonias de sudoración en culturas indígenas y el ayuno como método para reiniciar el metabolismo.
El experto cita a Hipócrates: “Las enfermedades no surgen de la nada. Se desarrollan a partir de pequeños pecados diarios contra la naturaleza, y muchos de esos pecados son las toxinas a las que estamos expuestos a diario...”. La ciencia moderna confirmó la relevancia de estos enfoques ancestrales, demostrando que la detoxificación es un proceso biológico fundamental para la salud.

Gary Brecka propone una estrategia de cinco pasos, utilizada con sus clientes privados y atletas de alto rendimiento, para potenciar la detoxificación natural del cuerpo:
1. Apertura de las vías de drenaje: es fundamental asegurar que el hígado, el intestino, los riñones, la piel y el sistema linfático funcionen correctamente. Para ello, Brecka recomienda mantener una hidratación adecuada, realizar actividad física y garantizar evacuaciones intestinales diarias. El apoyo al hígado y al sistema linfático puede incluir el uso de cardo mariano, NAC, diente de león y extractos amargos, así como técnicas como el cepillado en seco, el rebote en trampolín y la terapia de sauna.
2. Movilización de toxinas: activar las vías naturales de eliminación mediante movimiento y sudoración ayuda a que las toxinas salgan de los tejidos hacia los sistemas de excreción.
3. Captura de toxinas: Brecka sugiere el uso de sustancias como carbón activado, arcilla bentonita, zeolita o chlorella, que actúan como esponjas para atrapar y eliminar toxinas del organismo.

4. Eliminación a través del sudor: el uso de saunas secas o de infrarrojos facilita la liberación de toxinas almacenadas en la grasa. El especialista recomienda hidratarse y reponer minerales antes de la exposición al calor, y destaca que la piel es una vía secundaria de eliminación de desechos utilizada por el hígado.
5. Reparación y apoyo mitocondrial: para restaurar la función celular y la salud intestinal, Brecka aconseja incorporar CoQ10, vitaminas del grupo B, ácidos grasos omega-3, colágeno, glutamina y probióticos.
El experto enfatiza que la desintoxicación debe entenderse como un estilo de vida, no como una solución temporal. Recomienda limpiar las fuentes de exposición, filtrar el agua, optar por productos orgánicos y elegir artículos de cuidado personal y limpieza libres de tóxicos. Además, sugiere priorizar el sueño, la salud mental, la exposición al frío, la respiración consciente y el contacto con la naturaleza.