Cuando la familia Jrbashian, radicada en Francia, decidió hacer una donación la Iglesia Apostólica de Armenia, se encontró con un obstáculo que puso a prueba su nivel de compromiso, el coraje para llevarlo adelante y la creatividad del católico Vazgen I, la máxima autoridad eclesiástica del país caucásico durante casi cuatro décadas.
¿Cuál era la gran dificultad? Nada menos que burlar los férreos controles fronterizos de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en la era de la cortina de hierro. Es que Moscú no iba a permitir la entrada de 25 kilos de oro a su territorio -Armenia era de una de las repúblicas bajo su yugo- y menos si el destino era el complejo de Echmiadzín, centro espiritual del catolicismo armenio que se empezó a construir en el año 301.
La URSS era un país ateísta, que en sus inicios no toleraba la práctica religiosa: “Había opresión, represiones y en general, presionaban a las autoridades. Muchas veces la gente tenía miedo de expresar su fe cristiana, ir a los templos, practicar. Y también a veces confiscaban ciertas propiedades de la Iglesia”, explican los expertos de la catedral de Echmiadzín en el museo donde se exhiben impactantes trabajos que van desde la lanza que se asegura que atravesó el cuerpo de Cristo hasta imponentes obras de oro macizo.
Una de ellas es un alfabeto armenio que replica el original de 36 caracteres creado por Meshrob Mashtots en el siglo V. Se inicia por la letra “Ա” análoga a la “a”, que representa a Dios padre, y termina en una “Ք”, letra que suena como una “k” o “q” y representa a Cristo, el hijo de Dios. La forma de esta última letra sintetiza la cabeza de Jesús en la cruz.
La iglesia armenia había sobrevivido al período stalinista de la URSS, en la que varios de sus templos fueron desalojados y la práctica de la religión era reprimida por el estado. Pero después de la muerte del prócer ruso de la Segunda Guerra Mundial, caracterizado también por la represión interna, la tolerancia poco a poco fue mayor. Esto coincidió con la gestión del Vazgen I.
Cuando los Jrbashian tuvieron la iniciativa de donarle 25 kilos de oro para esculpir una cruz en Echmiadzín, los católicos sabían que el régimen bloquearía el paso de semejante cargamento. Al mismo tiempo, la KGB acechaba sus movimientos: “Había mucho control de la Iglesia en aquellos años y el patriarca mismo siempre estaba vigilado por las autoridades, dónde iba, con quién se encontraba, qué hacía”, explican en Echmiadzín.

Entonces Vazgen decidió recurrir a los fieles viajeros. Diseñó un plan que depositó a decenas de peregrinos en Armenia y los Jrbashian le fueron dando a cada uno de ellos joyería de oro hasta completar su donación. Una vez en territorio caucásico, los orfebres armenios se encargaron del resto.
“Era excepcional en esos años porque no podían llegar 25 kilos de oro de una vez. Atraía mucha atención. El oro fue repartido entre gente y prepararon varias joyas. Cada peregrino visitó Armenia, le dio la joya al patriarca y él recogió todo eso, lo fundió e hizo la cruz”, relatan los expertos del museo de la catedral armenia.

La gestión del patriarca Vazgen I abarcó desde 1955 a 1994, por lo que fue testigo de la decadencia y caída de la URSS. Durante la última parte del período soviético, la década del 80, pensaba cómo aprovechar los recursos que poco a poco su gestión había generado. Eso, sumado a la facilidad de que Armenia posee minas de oro, lo llevó a encarar una iniciativa que fomentara la convivencia con Moscú.
Hizo construir una obra que refleja la relación de la URSS con Armenia por esos años e incluyó en la misma, solapadamente, símbolos de la presencia religiosa en el país. Y lo dejó fraguado en oro.
El centro de la obra es el escudo del Partido Comunista con la hoz y el martillo en el lugar del Sol, iluminando el relieve del Monte Ereván con sus dos picos. Alrededor se ven espigas de trigo y uvas, elementos que representan a la Iglesia hasta donde los soviéticos podían tolerar. No hay cruces.
Cuatro círculos representan: la plaza de la República (arriba a la izquierda), el centro del poder en Ereván, Armenia; la cultura y la educación están en la parte superior derecha, con las cuatro letras iniciales del alfabeto armenio; vides y granadas ocupan el extremo inferior izquierdo; y la industria y el proletariado aparecen en el círculo de abajo a la derecha.
La leyenda que rodea casi todo el círculo central dice “República Socialista Soviética de Armenia” y sus principales ciudades -con la capital Ereván a la cabeza- aparecen en la parte inferior. Vazgen I buscó descongelar la relación de su Iglesia con Moscú con esta obra de 1983. Seis años después cayó el muro de Berlín y el 21 de septiembre de 1991 Armenia declaró la independencia. La Unión Soviética se disolvió formalmente en la Navidad de ese mismo año.
Fotos: Mariano Suárez y Ariel Solar Grillo